Friday, July 26, 2019

Empezar antes de estar listo

Hoy escucho al guardia del banco silbar Bella Ciao, la melodía de Casa de Papel. Le pregunto si le gustó la nueva temporada. Los ojos se le prenden fuego. Hace un par de años que lo debo conocer, suele tener esa expresión de una persona a la que le pagan por estar ahí parado haciendo nada. Pero cuando me contaba el papel de Palermo, el miembro de la banda que aparece esta temporada e interpreta un argentino, estaba destilando alegría. Salí del banco sonriendo.

Eso, me he venido olvidando, es la idea de estos canales, este blog, y el de Youtube. Meterme en cosas que me entusiasman, porque entrar en contacto con eso me alimenta, y espero que se te salpique un poco.

Empezar antes de estar listo proque con los videos que subí hace un tiempo me comí el verso de que, estando muy improvisados, los tenía que planear y preparar mejor, que tiene su cuota de verdad, pero el problema no era planear, el problema es exponerse. El problema es decir lo que te importa y que otros se te caguen de risa o peor, les chupe un huevo.

Acá podemos hacer una pausa para todos esos pseudo-hombres que se engañan a sí mismos y te responden al instante que a ellos no les pasa. La tensión en tu voz te delata. La rigidez en tu postura, lo brusco e innecesario en la tenacidad con que respondes. El hecho de que estás marcando una raya, definiendo lo que no sos. Eso te hace transparente.

Es reconocer que todo pensamiento tiene una cuota letal de acting. ¿Qué estás haciendo? Me preguntaban de chico. Si llegaba a responder "nada" me mataban, siempre tenías que estar haciendo algo. No hacer nada era perder el tiempo.

Si tan solo...

Hay una cuota fatal de ficción en toda reflexión en palabras. La palabra es el lenguaje de las mentiras. del autoengaño, del pretender. Me estoy enrollando.

Me quiero levantar de la cama. Si me pongo a pensar en razones, estoy perdido.

Incertidumbre, temblor en forma de palabras.

La parte de la mete que piensa en palabras brota de la mente de supervivencia, no es mente, no tiene naturaleza real, es una pantalla, una máscara. Es una fición diseñada para protegernos, para adaptarnos a sobrevivir en el mundo social, mil veces más peligroso que el mundo natural. Porque el tigre sabés que es tigre, pero cuando el monstruo es también tu papá, tenés que ir a buscar tu comida del mismo que, si te corrés un milímetro del guión, te come los dos brazos. Entonces aprendemos a mentir, pero porque si nos sabemos mentirosos, la mentira no funciona, todo engaño empieza con uno mismo, con olvidarnos de que estamos mintiendo. Por eso podemos pararnos adelante de un juez y jurar inocencia después de haber secuestrado, matado y violado a treinta personas. Y por eso tenemos tanto miedo de La Verdad.

El movimiento del cuerpo puede salir de una mente más profunda.

O puede salir, también, del automatismo de la supervivencia.

Los podés diferenciar por la brusquedad, lo innecesario y excesivo de uno, contra lo sutil, preciso, y hermoso del otro.

Entonces suena el despertador y saltamos de la cama. Conscientes de que el enemigo no es el posteo desprolijo que nadie ve, es no hacer ningún posteo, y que pase otro día sin habe vivido hacer lo que te gusta.

Porque eso te queda bien claro cuando te vas a dormir/morir: hoy viví, hoy no viví.